EN SANTA ANA ATZACAN FESTEJAN A SUS SANTOS PATRONOS DE SANTA ANA Y SAN JOAQUÍN

Por Antonio Hernández
Atzacan Ver.- Como en cada 26 de julio, cientos de feligreses, se congregaron en la Iglesia de la Cabecera Municipal, para venerar y rendirle culto a sus santos patronos Santa Ana y San Joaquín, quienes de acuerdo a las sagradas escrituras, son los padres de la Virgen María... Por Antonio Hernández

Atzacan Ver.- Como en cada 26 de julio, cientos de feligreses, se congregaron en la Iglesia de la Cabecera Municipal, para venerar y rendirle culto a sus santos patronos Santa Ana y San Joaquín, quienes de acuerdo a las sagradas escrituras, son los padres de la Virgen María y abuelos de Jesús.

Desde hace más de 400 años, en Santa Ana Atzacan, se vienen realizando las tradicionales mayordomías, cuyas personas son los principales anfitriones y en ellos, recae la gran responsabilidad de organizar la fiesta religiosa y compartir el pan y la sal con los pobladores que asisten a la celebración.

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Los mayordomos, no asumen esta responsabilidad como un compromiso de carácter social, sino como una manera de servir a Dios y a sus santos patrones por uno o más años. Ellos, se hacen acompañar por cuatro “mayores” y algunos anotadores de misas llamados “meseros”.

Su función, no solo se queda en coordinar la colocación de los arcos y arreglos florales, así como la procesión con los “santos platitos”, sino también, asume la obligación de visitar a los enfermos y recolectar algunos víveres y medicamentos para entregarlos a las personas más necesitadas.

Una vez terminada la celebración, más de 30 personas, participan con su tradicional danza de moros y cristianos, la cual tal y como lo marcan algunos pasajes bíblicos, se relaciona con la aparición de la Virgen María. Sin embargo, este baile, fue utilizado por los frailes franciscanos para evangelizar a los indígenas.

En las últimas décadas, los alcaldes o presidentes municipales, también deben de formar parte de estos festejos patronales (independiente de la religión que profesen), pues al ser electos por los propios habitantes, asumen la responsabilidad de velar, cuidar y proteger a su pueblo.