martes, 4 de julio de 2017
De Guatemala A Guatepeor; Con Yunes, Rotundo Fracaso”
Luis Velázquez/ Barandal
ESCALERAS: En el sexenio de Patricio Chirinos Calero, 1992/1998, una tarde/noche (19 de septiembre de 1995), Ignacio Morales Lechuga viajaba con su esposa en una camioneta sobre la carretera a Poza Rica, su tierra natal.
Entonces, una camioneta se les aparejó y los... Luis Velázquez/ Barandal
ESCALERAS: En el sexenio de Patricio Chirinos Calero, 1992/1998, una tarde/noche (19 de septiembre de 1995), Ignacio Morales Lechuga viajaba con su esposa en una camioneta sobre la carretera a Poza Rica, su tierra natal.
Entonces, una camioneta se les aparejó y los orilló. Cercados que se sintieron, se detuvieron.
De aquella unidad móvil descendieron unos tipos, tipos policías, tipos agentes judiciales, y se les fueron encima.
Los obligaron a bajarse de su camioneta y los encañaron. Incluso, a la señora.
Siempre, siempre, siempre, Morales Lechuga inculpó al secretario General de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, con quien tenía un cortocircuito, digamos, desde el sexenio de Agustín Acosta Lagunes, 1980/1986, tiempo aquel en que José Luis Lobato Campos, amigo y compadre y confidente de Yunes fue encarcelado, acusado de un fraude en NAFINSA que nunca, jamás, cometió.
Y que nunca cometió, pues el trasfondo era presionar a Lobato para renunciar a sus acciones en un periódico que sería publicado en Xalapa de nombre “Imagen”, propiedad, también, de Jorge Malpica Martínez y Horacio Aude Zebadúa, ex director general y ex jefe de Redacción de “El Dictamen”, y del que ya se habían separado.
Y si, digamos, la emboscada a Morales Lechuga fue una venganza de Yunes Linares (“sopa de su propio chocolate” dirían en el pueblo), el historiador tendrá la palabra.
Ignacio Morales fue subsecretario y secretario General de Gobierno con Acosta Lagunes y varios años después sería vocal del Sistema Nacional de Seguridad Pública (¿así se llamaba?), procurador de Justicia en el Distrito Federal y Procurador General de la República con Carlos Salinas, a quien le renunció luego de precisarle que por encima de él, como presidente, estaba la Constitución Política.
Después sería embajador de México en Francia y luego dejaría la política para volver a su despacho notarial e incursionar en la industria inmobiliaria.
También fue candidato independiente a gobernador ante Miguel Alemán Velasco, y Arturo Hérviz, del PRD.
Ahora, en su habitual artículo publicado en “El Universal”, reproducido en el diario “Imagen” del jueves 29 de junio, Morales Lechuga dice que Veracruz ha pasado “de Guatemala a ‘Guatepeor’” con Yunes Linares.
BARANDILLA: El artículo lleva un epígrafe-dedicatoria “a los cuatro niños masacrados en Coatzacoalcos y a las víctimas de la violencia”.
Los cuatro niños que fueron ejecutados con alevosía, ventaja, premeditación y saña, saña cruel y atroz, el sábado 24 de junio, el sábado más sórdido y siniestro de la yunicidad, con 24 asesinados el mismo día.
Los cuatro niños (de 3, 4, 5 y 6 años) ejecutados con sus padres, el padre asesinado por segunda vez porque luego enseguida, a unas cuantas horas de la tragedia, el góber azul se apresuró a decir (igual que Javier Duarte con los 36 cadáveres en la avenida Ruiz Cortines) que estaba ligado a los malandros.
Incluso, horas después aseguró que el día anterior el padre había participado en una ejecución.
Más aún: Morales Lechuga dedica su artículo a los cuatro niños que ante el trío de policías federales emboscados en un restaurante en Cardel (“Bamba violenta”) fueron minimizados.
Y minimizados, porque de pronto, la yunicidad ofreció cuatro millones pesos de recompensa a quienes ofrecieran datos que llevaran a la ubicación de los cuatro sicarios, y cuando de pronto, zas, las redes sociales (las preferidas del bienio azul, Periscope y Face Live) se le fueron en contra a Yunes, se acordó de los cuatro niños y también ofreció sólo, sólo, sólo, un millón de pesos, pues, y como se sabe, Duarte saqueó las arcas y ni siquiera hubo dinero (eso dijo la presidenta de la CEAPP) para el desayunito de picadas y gordas y café negro a la prensa en su día, ajá.
CASCAJO: En una parte estelar de su artículo, Morales Lechuga publica:
“Los homicidios dolosos en estos siete meses de gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares han aumentado 99 por ciento. Los secuestros se han incrementado 67% y las extorsiones han aumentado 265%, según datos publicados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Los números son peores que con Duarte”.
En Veracruz, resume, se “habita el infierno”.
“Mis paisanos, agregó, salen de un gobierno inundado de corrupción como lo fue el de Duarte, hoy detenido en Guatemala, y por elección directa se instalan en Guatepeor con Yunes”.
El ex procurador de Justicia del Distrito Federal y de la nación se va con todo a la yugular de Yunes Linares:
“Su gobierno ha sido un rotundo fracaso. No se ha reducido el delito, sino que se ha multiplicado, de ahí el terror y la sicosis de la población. En Veracruz la gente sabe que su vida no vale nada y que la impunidad es el PAN.
Es el primer gobernador que a lo largo de su carrera ha acumulado más denuncias penales que “El Chapo” Guzmán, de quien por cierto, se le acusa de haberle facilitado la fuga”.
(Con todo, incluso, que para entonces, Yunes había dejado el cargo de director de Prevención federal, pero al mismo tiempo, impuso como sucesor a Enrique Pérez Rodríguez, secretario de Educación).
Sigue el exembajador de México en Francia:
Yunes “ha sido señalado como partícipe de actos de pedofilia, como indiciado del delito de peculado en el ISSSTE, por lavado de dinero y como represor de movimientos sociales y campesinos y no ha pasado nada, parece ser que cuenta con “buenos amigos”.
De ñapa, agrega:
“Curiosamente, con la llegada del nuevo gobierno, las actividades del narco se han incrementado, con las nefastas consecuencias que esto conlleva”.
Así habla el ex procurador de Justicia de la Ciudad de México y ex procurador General de la República.
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