miércoles, 28 de junio de 2017

MITOS Y OTROS CUENTOS, "LADRAN"


POR: LIC. JESÚS ARAUJO LÓPEZ
Cabalgamos por el mundo
En busca de fortuna y de  placeres
Más siempre atrás nos  ladran,
Ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero
Por siempre acompañarnos
Pero sus estridentes ladridos
Sólo son señal de que cabalgamos.
GOETHE
En la historia de la... POR: LIC. JESÚS ARAUJO LÓPEZ

Cabalgamos por el mundo

En busca de fortuna y de  placeres

Más siempre atrás nos  ladran,

Ladran con fuerza...

Quisieran los perros del potrero

Por siempre acompañarnos

Pero sus estridentes ladridos

Sólo son señal de que cabalgamos.

GOETHE

En la historia de la humanidad encontramos un sin número de acontecimientos, frases, anécdotas, etc., que no existieron o que su existencia es muy difícil de comprobar, puesta en marcha la imaginación del ser humano creo mitos que por mucho tiempo nos han acompañado llegando al grado de ser aceptados de manera casi dogmática.

Existe en el ser humano una tendencia a inventar para justificar de alguna manera aquello que no puede explicar, y en algunas ocasiones -como sucede en nuestro país-, a dar un giro a la historia para que sea contada acorde con los principios o las conveniencias del gobernante en turno (porque la historia la hacen los ganadores).

La historia no debe ser objeto de manejo tendencioso alguno, independientemente de los intereses que con ello se persigan dado que se desvirtúa la memoria colectiva, ejemplos existen lamentablemente muchos, en este espacio iremos juntos desentrañando algunos de esos acontecimientos o, como en esta ocasión, una frase.

"Ladran Sancho, señal de que cabalgamos", es una locución atribuida a Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, sin embargo al revisar el texto éstas palabras no aparecen en el, por lo que seria oportuno preguntar: ¿Quién la dijo?, ¿de donde se sacó? y porqué la repetimos como pericos y hasta de manera pedante.

Con esa frase nos referimos a quienes hablan a nuestras espaldas con el insano propósito de afectar nuestra reputación, así elegante y “cultamente” les decimos a los habladores que sólo son unos perros al hablar de nuestra persona y que con esa actitud ahí seguirán en el potrero hundidos en su mediocridad sin avanzar en la vida.

Según explica Arturo Ortega Morán, el origen de esta frase viene del poema “Ladrador” de Goethe citado al principio de este texto, está por demás decir que se trata de una distorsión más, lo condenable es que por carecer del maravilloso hábito de la lectura muchos seguimos atribuyendo esa frase a quien nunca la mencionó en el texto aludido.

Hasta la próxima D.M.

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