Xalapa, Ver.- Dos jacuzzis, un puente de ónix iluminado, luminarias importadas de Italia y terminados de primera en el exclusivo fraccionamiento Reserva de las Ánimas, ubicado en esta capital son sólo algunas de las cualidades de la casa que construyó Alan, el hijastro y júnior de Arturo Bermúdez, con el dinero de los veracruzanos, la lujosa residencia se mandó a construir cuando el júnior se casó.
La revista de arquitectura “Podio” describe a la casa:
“Construida en la ciudad mexicana de Xalapa, en una zona rodeada de vegetación, la casa fue recibida en obra gris para mejorar su distribución y sus cualidades espaciales. En la vivienda, se distinguen tres áreas: una dedicada a la parte social, que está relacionada con el jardín, otra de acceso-servicios y la última dedicada a dormitorios”.
“En la planta baja, se encuentra ubicada el área social donde juega un papel esencial el jardín, ya que a él se conectan el resto de estancias. Una tarima de madera en el suelo se encarga de fusionar el interior con el exterior y se hace llegar hasta el bar, que cuenta con una barra de ónix que dispone de iluminación propia. La pared revestida de pizarra aparece de fondo agrupando y reforzando la atmósfera.”
“Al iniciar el recorrido interior, se observan los dos cuerpos que forman la casa, unidos por una escalera negra forrada en Absolute Súper Black y un puente de ónix iluminado que enmarca y liga los otros niveles. Aparecen, por un lado, la cocina y el comedor en un ambiente blanco dado por un porcelanato Súper White, contrastado elegantemente con la cubierta en granito negro y un muro en pizarra del mismo color.”
“Al subir las escaleras, se encuentra la zona privada. Hay tres dormitorios, la habitación de invitados, una infantil y el dormitorio principal. En cada una de estas estancias, la luz y los materiales fueron fundamentales.
En las dos primeras habitaciones se usa el ónix como ventana y lámpara de noche, en la de visitas se utilizaron espejos para ampliar el espacio y en la habitación infantil hay un ambiente neutro a pesar de su color rosa, donde se convierten en protagonistas las flores y las luminarias Bocci.”
Para dar un ejemplo, una sola lámpara Bocci, puede valer hasta 50,000 pesos.
Además de la costosa residencia, Alan se dedicaba a su esposa, “trofeo” junto con quien se dedicó a viajar por el mundo y gastar en lujos.
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